FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA

FUNDADOR DE LA FAMILIA SALESIANA
SAN JUAN BOSCO (Pinchar imagen)

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA

COLEGIO SALESIANO - SALESIAR IKASTETXEA
ESTAMOS EN LARREA,4 - 48901 BARAKALDO

BIENVENIDO AL BLOG DE LOS ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE SALESIANOS BARAKALDO

ESTE ES EL BLOG OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS Y ALUMNAS DEL COLEGIO SAN PAULINO DE NOLA
ESTE BLOG TE INVITA A LEER TEMAS DE ACTUALIDAD Y DE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA Y OPINIONES.




ATALAYA

ATALAYA
ATALAYA

miércoles, 8 de mayo de 2024

A propósito del pasado Primero de Mayo

ATRIO

Antonio Zugasti le he invitado varias veces a que nos hable de la cooperativa  Trabensol en Torremocha, cerca de Madrid, de la que fue cofundador y que hoy le está proporcionando unas posibilidades serenas para su vida de jubilado. Pero me temo que dado el éxito mediático y empresarial del proyecto inicial (ya con nombre en inglés, cohousing) y objeto junto a otras residencias de grandes fondos capitalistas, Antonio prefiera seguir dándonos píldoras bien reflexionadas que nos abran los ojos a los tentáculos del sistema capitalista que nos envuelve. Gracias, Antonio, por participar en ATRIO tu sereno pensamiento crítico, alejado de polémicas partistas aunque alguien te acuse de ello. AD.

En la pasada celebración del Primero de Mayo, los sindicatos han llamado en varias ciudades a una movilización masiva por el pleno empleo, la reducción de la jornada laboral y mejores salarios, además de la reivindicación de los valores democráticos, todo lo cual está muy bien, y todos debemos apoyarlo. Por su parte, el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, declaraba en eldiario.es que “El país no puede resignarse a tasas de paro por encima del 10%”.

Leer artículo completo 

Netanyahu ha herido, enfermado o condenado a la hambruna a 600.000 niños palestinos en Rafah Juan Cole

 


Rebelión

Fuentes: Blog Rafael Poch de Feliu
La ONU informa desde el Ministerio de Sanidad de Gaza que desde el 7 de octubre «34.622 palestinos han muerto en Gaza y 77.867 han resultado heridos». Alrededor del 70% de los muertos han sido mujeres y niños. La ONU añade: «Entre las tardes del 1 y el 3 de mayo, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, 54 palestinos murieron y 102 resultaron heridos, de los cuales 26 murieron y 51 resultaron heridos en las últimas 24 horas».Ver noticia 

Palestina. Las tropas sionistas entran por tierra mientras la aviación bombardea Rafah: es la respuesta de Netanyahu a la aceptación del acuerdo por parte de la Resistencia Carlos Aznárez

 


Resumen Latinoamericano

La tan anunciada masacre masiva en Rafah ya se está produciendo. Por aire y por tierra, efectivos militares “israelíes” invaden Rafah y lo hacen con toda la fuerza criminal que caracteriza a la entidad sionista. Durante estas dos últimas semanas ya se habían producido bombardeos “de ablande” sobre viviendas y las tiendas de campaña donde malviven alrededor de un millón y medio de palestinos y palestinas, pero lo que está ocurriendo por estas horas amenaza con ser catastrófico a nivel de muertos y heridos, muchas de ellas mujeres y niños. Ver noticia

Golpe a la ‘fachosfera clerical’: la Iglesia sanciona al presentador de la tertulia de curas que rezan por la muerte del Papa Jesús Bastante

 


eldiario

El Arzobispado de Toledo ha sancionado al sacaerdote Francisco J. Delgado por “desafecto a la persona y al ministerio del Santo Padre” meses después de su participación en una polémica emisión ultra en la que se rogó que Francisco muriera “pronto” y se lanzaran loas a Francisco Franco

De carteles y locutorios: El capitalismo mata Pepa Torres

 


Cristianismo y Justicia

Hace ya muchos años que José María Mardones nos ayudó a caer en la cuenta de que la religión más poderosa del mundo se llama capitalismo. El capitalismo es mucho más que un sistema económico. Es también una antropología, una forma de vida, una cosmovisión. Tiene dioses propios (el dinero), su credo (“fuera del mercado no hay salvación”), sus rituales y sus templos (la Bolsa, los maratones de consumo, etc.). Ver noticia 

EL HOMO CO-CREATOR SEGÚN PHILIP HEFNER


col zapatero

 

El pasado dia 27 de abril nos ha dejado el teólogo evolucionista Philip Hefner. Su extensa obra reitera en su desarrollo intelectual una serie de conceptos estructurantes que son muy significativos en la tarea de reflexión en el mundo interdisciplinar:  co-creador, emergentismo, filosofía y teología del proceso, Teilhard, teología kenótica, Lakatos, naturalismo religioso, y en especial, ciencia, tecnología, espiritualidad, religiones, teología. Nacido en 1932, fundó en 1988 el Chicago Center for Religion and Science, que más tarde fue rebautizado como Zygon Center for Religion and Science. De este centro salió la revista Zygon que es hoy un referente necesario en la reflexión entre Ciencia y Religión. Sus aportaciones pueden colaborar a la reelaboración mental de la experiencia de Dios. LS;

El emergentismo co-creador de Philip Hefner. Aportaciones al encuentro entre ciencia y religión

Philip Hefner es uno de los impulsores del Instituto de Religión en la Era de la Ciencia (IRAS), una asociación civil no confesional que promueve y facilita la dialéctica continua entre la religión y la ciencia.

El Instituto ha celebrado conferencias anuales de una semana de duración en Star Island en New Hampshire desde 1954. La conferencia atrae a unos 250 miembros y no miembros cada año.

A la conferencia de 1964, por ejemplo, asistieron 215 conferencistas, con discursos de figuras como Theodosius Dobzhansky.  En su Constitución, el propósito de IRAS se establece de la siguiente manera: “Se establece el Instituto de Religión en la Era de la Ciencia para promover esfuerzos creativos que conduzcan:

*a la formulación, a la luz de los conocimientos contemporáneos, de doctrinas y prácticas eficaces para el bienestar humano;

*a buscar relaciones dinámicas y positivas entre los conceptos desarrollados por la ciencia y los objetivos y esperanzas de la humanidad expresados a través de la religión; y

*a enunciar los valores humanos en términos tan universales y válidos que sean comprendidos por todos los pueblos, independientemente de su origen cultural o experiencia, de manera que proporcionen una base para la cooperación mundial.

El Consejo IRAS adoptó la siguiente declaración en 2003: “En IRAS tomamos en serio el mundo natural como una fuente primaria de significado. Nuestra búsqueda está informada y guiada por la profundización y evolución de los entendimientos fomentados por la investigación científica.

“A partir de aquí, nuestras búsquedas de significado nos llevan en direcciones divergentes. Para algunos, el mundo natural y sus manifestaciones emergentes en la experiencia humana y la creatividad son el foco de la exploración. Algunos continúan encontrando y celebrando lo sagrado en tales exploraciones. Para otros, la comprensión del mundo natural se entrelaza con la comprensión inherente a varias tradiciones religiosas, generando caminos adicionales de exploración y encuentro. Como resultado, articulamos nuestras orientaciones emergentes con muchas voces que son armoniosas en el sentido de que compartimos un sentido común de lugar y gratitud. Reconocemos también un conjunto compartido de valores y preocupaciones relacionadas con la paz, la justicia, la dignidad, la diversidad cultural y ecológica y la sostenibilidad planetaria. Aunque podemos diferir y, por lo tanto, debatir sobre cómo se abordan estas preocupaciones aquí, estamos comprometidos a participar en su resolución”.

En enero de 2023 Philip Hefner ha intervenido en una conferencia de gran interés sobre la IA  “The Greatest Challenge: The Created Co-Creator” que puede encontrarse en  Institute for Religion and Science  Philip Hefner, PhD  YouTube.

La profesora de sociología, Audrey R. Chapman, dice de él:

Philip Hefner es quizás el teólogo que ha lidiado más seria y explícitamente con la evolución de la naturaleza humana. Su enfoque de este tema, particularmente en su obra ‘El factor humano’ es sacralizar el proceso de evolución. como varios otros pensadores, Hefner presenta un paradigma evolutivo biocultural del Homo sapiens… Para él, la cultura es un happening en la naturaleza”.

El teólogo Philip Hefner: Datos biográficos

La persona y la obra filosófica y teológica de Philip Hefner es poco conocida en España, dado que ninguno de sus libros ha sido traducido al castellano. Por ello, presentamos algunos datos biográficos para situar su persona y su obra en un contexto general del debate entre ciencia y religión.

El teólogo Philip Hefner nació el 10 de diciembre de 1932 en Denver (Colorado). Ha sido profesor en la Lutheran School of Theology de Chicago y en la Universidad de Chicago, siendo su área de conocimiento la Filosofía de la Religión y la Teología de las culturas. Hasta hace unos días seguía trabajando como profesor emérito de Teología sistemática en la  Lutheran School of Theology de Chicago.

Desde el punto de vista académico, el trabajo de investigación y docencia de Philip Hefner han girado en torno a la problemática de las interacciones epistemológicas entre las tradiciones religiosas y las ciencias de la naturaleza. Hefner ha desarrollado cursos en otras universidades como profesor visitante y como conferenciante en seminarios, colegios y universidades de Estados Unidos, Europa, África y Asia. Como pastor y ministro ordenado de la Iglesia Evangélica Luterana ha enseñado en numerosos seminarios luteranos en Estados Unidos.

En el año 1988, Hefner jugó un papel decisivo en hacer realidad la visión  de Ralph Wendell Burhoe al ayudar a crear el  Centro de Chicago para la Religión y la Ciencia,  que más tarde pasó a llamarse Centro Zygon para la Religión y la Ciencia5. Fue el primer director del centro y permaneció en ese cargo desde 1988 hasta 2003, momento en el que Antje Jackelén lo sucedió. Hoy en día, el Centro Zygon está dirigido por Lea Schweitz.

La obra intelectual de Philip Hefner

Philip Hefner fue muchos años el editor  de la revista Zygon: Journal of Religion & Science, la revista líder de religión y ciencia en el mundo. Se retiró como editor a finales de 2008. El erudito holandés Willem B. Drees fue nombrado su sucesor en el Journal.

Philip Hefner fue cuatro veces copresidente de la conferencia anual del Instituto de Religión en la Era de la Ciencia (IRAS). En esta actividad ha sido un líder en las discusiones sobre el paradigma evolutivo del Naturalismo Religioso. Hefner es una figura prominente en la defensa de esta propuesta emergente, que se distancia de las propuestas de las religiones tradicionales, ya que descubre aspectos religiosos en el mundo que pueden ser apreciados en un marco naturalista en lugar de depender de lo sobrenatural.

Hefner escribe:

“Una segunda respuesta alternativa, a menudo identificada como “naturalismo religioso”, está compuesta por una muestra representativa de personas, muchas de las cuales son notables científicos, que están creando una cosmovisión religiosa que es consistente con su perspectiva personal y/o libre de esos estorbos de la religión tradicional que consideran conceptualmente anacrónica y moralmente peligrosa. El naturalismo religioso es una variedad de naturalismo que implica un conjunto de creencias y actitudes de que hay aspectos religiosos de este mundo que pueden ser apreciados dentro de un marco naturalista”.

Entre las publicaciones de Philip Hefner se cuentan más de 150 artículos académicos, aproximadamente la mitad de los cuales tratan sobre las relaciones entre la religión y las ciencias naturales, mientras que la otra mitad de sus trabajos trata sobre cuestiones históricas y teológicas tradicionales. Desgraciadamente, ninguno de sus libros está traducido al castellano.

 

Leandro Sequeiros, 02-mayo-2024

Atrio

5.5.24 DOM 6 PASCUA. NO OS LLAMO SIERVOS, SINO AMIGOS: VIVID (RESUCITAD) UNOS EN OTROS


col martell

 

VIVIR EN AMOR, SER AMIGOS DE JESÚS, SIENDO AMIGOS UNOS DE LOS OTROS

Así puede definirse el pecado: “El día en que comáis el fruto de vuestro conocimiento egoísta, de dominio de unos sobre otros, moriréis” (cf. Gen 2, 17).

Esta es la gracia: El día en que os améis, viviendo unos en otros, ese día seréis vida de Dios en la tierra y resucitaréis. Ésa es la mística, es la resurrección.

Amor redentor, civilización de amor

Ni la mística vale por sí misma (si es sólo apertura individual o elitista al misterio), ni vale un tipo de iglesia o de vida religiosa si se encierra en sus signos sagrados, sin verdadero amor, como decía Pablo (1 Cor 13), todo eso es mentira, como un campana que tañe en el vacío.

 – La vida cristiana del siglo XXI deberá traducir su experiencia de comunión de amor en forma de liberación de los oprimidos/cautivos o perderá sentido (dejará de existir). Muchos hombres han pensado que la sociedad sólo puede mantenerse sobre bases de poder sacral, sometimiento religioso y sumisión política. Pues bien, en contra de eso, retomando sus raíces evangélicas, la vida religiosa del siglo XXI ha de ser fuente de liberación personal y comunitaria, para abrirse luego en forma de comunicación liberadora.

– La vida cristiana del siglo XXI deberá ofrecer espacios de comunión mística y de comunicación liberadora o perderá su sentido. Han existido entusiasmos y místicas elitistas, vinculadas a la evasión espiritual y a la imposición social. Pues bien, en contra de eso, la verdadera comunión mística ha de convertirse en comunicación liberadora, en la línea de la civilización del amor que han propuesto los últimos papas (desde Pablo VI).

Contemplación redentora: mirar sin velos, amor liberado

Éste es un pensamiento que San Pablo desarrolló de manera sorprendente en 2 Cor 3, reflexionando sobre la identidad de un tipo de judaísmo y cristianismo. A su juicio, ciertos judíos (o cristianos) de tipo legalista con los que discute en esa carta, habían puesto un velo sobre sus corazones, cada vez que leían a Moisés, y querían cumplir su ley, pues lo hacían con un corazón “endurecido”, de manera que la religión era para ellos un signo de sometimiento (una forma de mantener a los hombres oprimidos), pero: 

Cuando se vuelvan al Señor caerá su velo, pues el Señor es el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor allí está la libertad (cf. 2 Cor 3,15-17).

Esa es la verdadera contemplación, quitar el velo de los ojos del corazón, mirarse y admirarse en amor, en libertad, dándose la vida unos a otros. Esta luz de amor nos capacita para mirar a Cristo y descubrir en él a Dios, de forma que nuestra vida se transforme en amor, como sigue diciendo (2 Cor 3, 18):

En cambio, nosotros, contemplando sin velo la Gloria del Señor, nos transformamos conforme a su imagen, de gloria en gloria, según el Espíritu del Señor.

Esto es el amor: Podemos mirar sin velo al Señor, y mirarnos así, de manera transparente, unos a otros, en contemplación que es comunicación de vida. Sólo esta mirada mística, más alta, sin velo, nos permite descubrir a Cristo como libertad en el amor y como amor liberador. Nos hemos puesto con frecuencia un velo, para no mirar cara a cara, corazón a corazón, al Dios de Cristo, que se entrega y muere para que los hombres vivan, y para no ver tampoco a los hombres. Pues bien, la verdadera contemplación, que es ir viendo a Dios en ese mundo, consiste en rasgar ese velo, mirar cara a cara en amor al Dios encarnado en los pobres y cautivos, en los tristes y los deprimidos…. para abrir con ellos un espacio de amor mutuo.

1. AMIGOS, NO SIERVOS (JN 15, 15). CONOCIMIENTO LIBERADOR 

Hay un conocimiento que es engaño, que nace y se expresa en el velo de las ideologías que nos ponen, y que nosotros mismos vamos poniendo ante los ojos, quedando de esa forma ciegos. En esa línea está el engaño de los que dicen que no puede cambiarse lo que hay, que la pobreza de algunos es un condición social, que la esclavitud es sólo un simple daño colateral de un sistema que en sí mismo funciona.

Esclavo es aquel a quien no dejan que conozca. El conocimiento del Dios de Jesús es un saber de amor sin velo, que no engaña, que no oprime, que no oculta, que no expulsa, sino que capacita a los hombres y mujeres para conocer en verdad aquello que son y deben ser. Es un conocimiento de “amistad”, pues los hombres y mujeres han de ser todos amigos, en el sentido radical de la palabra:

 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Yo os he dado a conocer todo lo que he escuchado de mi Padre (Jn 15, 15a). 

Por el contrario, las esclavitudes nacen de falta de conocimiento: Que unos impidan conocer a otros, o que los ignorantes no quieran (no se atrevan a) conocer. 

En el principio de toda esclavitud se encuentra según eso la imposición de unos “amos” o señores, que no permiten que haya relaciones de reciprocidad con los “siervos”, que no comparten su conocimiento, que no se entregan en amor a los demás, compartiendo cada uno lo que tiene, a favor de los otros. Para eso se inventan jerarquías de opresión, un tipo de “religiones del poder”, que en el fondo son justificaciones ideológicas, defendidas con muchas razones falsas.

Separaciones para resguardarse. En esa línea, los poderosos imponen unas relaciones de opacidad, pues ellos necesitan separarse para resguardarse, mentiras culturales, fronteras políticas, religiosos y sociales, y a veces incluso muros de ladrillo, hormigón o redes metálicas, para dejar fuera a los que juzgan peligrosos. La sociedad que surge de esta imposición es mentirosa y opresora, y de esa forma impone un “dios” de oscuridad (sin transparencia) sobre todos, amos y esclavos, a favor de los amos.

Lo propio de la amistad es el conocimiento mutuo, en transparencia comunicativa, que se expresa a través de la palabra (os he dado a conocer...), pero abriéndose a todos los niveles de la vida, interpretada desde el recibir, el dar, el compartir. El Padre ha dado a Jesús todo lo que tiene, Jesús lo ha recibido, pero no para encerrarlo en sí, en forma egoísta, sino para ofrecerlo y compartirlo con sus amigos, de manera que estos, los hombres, se comuniquen la vida en amor, unos con otros.

Sólo la amistad libera. Siglos de ley y miedo, de sacrificios violentos y expiación por los pecados (de justicia impositiva), habían situado la religión y vida humana bajo la disciplina de la imposición violenta, del silencio y la obediencia a los mandatos exteriores. A veces, incluso los mismos gestores sociales de la religión (sacerdotes y reyes) habían utilizado la visión de un Dios secreto, de poder, para imponerse con violencia sobre otros, teniendo sometido al pueblo. Pues bien, en contra de eso, Jesús ofrece a los humanos su experiencia de Dios su propia vida, como principio de libertad para (en) el amor, definiendo desde aquí el sentido de su vida, el valor de la libertad.

MÍSTICA Y CONTEMPLACIÓN CRISTIANA

Hay un tipo de mística que, en sentido extenso, desde una perspectiva de psicología y ciencia de las religiones, suele ir vinculada con fenómenos extáticos y con experiencias parapsicológicas, que muchas veces se atribuyen a la presencia e influjo de lo sagrado: el místico penetra de tal manera dentro de sí mismo que supera (transforma) el funcionamiento normal de su sensibilidad y entendimiento, suscitando (descubriendo) un espacio mental más hondo en el que vienen a expresarse diversos fenómenos divinos (o demoníacos), que van más allá de la conciencia y del conocimiento normal. 

Jesús fue contemplativo, más que místico en el sentido anterior. La contemplación cristiana (pudiendo expresarse también a veces en fenómenos extáticos) se identifica con un tipo de experiencia del Espíritu que brota de su vida y del sentido de su historia (muerte, pascua) y se expresa en claves de comunicación interhumana. Ciertamente, algunas comunidades cristianas antiguas (como de Corinto) han sentido y cultivado fenómenos de transcendimiento racional, de manera que muchos de sus miembros han "hablado en lenguas", superando el ritmo normal de la racionalidad discursiva. Pero, como dice Pablo en 1 Cor 12‒14, la experiencia cristiana no se identifica con esos fenómenos, sino con la fe y el amor de Cristo, que se abre en forma de amor entre los hermanos.

En esa línea, Jesús no ha sido místico en el sentido ordinario del término (con técnicas de éxtasis) ni ha querido que sus discípulos lo fueran. Ciertamente, él ha creído en "espíritus" o fuerzas sagradas de tipo divino perverso (demoníaco) y proclamado su mensaje con la ayuda del Espíritu de Dios (cf. Mt 12, 28), es decir, apoyándose en la fuerza divina del reino. Pero, más que místico en la línea de esos fenómenos extraordinarios, él ha sido contemplativo: un hombre que ha centrado su vida en el amor de Dios y en el encuentro de amor con los demás, abriendo cauces de amor y comunión liberadora entre los hombres.

Si le llamamos místico, debemos añadir que es místico liberador, profeta del amor de Dios, mesías de la comunión: su palabra de Dios, su mesianismo, se identifica con el mismo gesto de la unión entre los hombres. Por eso ha entregado la vida en amor, poniéndola en manos de Dios, y en manos de los hombres, por amor a los necesitados. En esa línea es preferible llamarse “contemplativo en acción liberadora”, más que místico.

La esencia contemplativa del evangelio: Vivir unos en otros, resucitar unos en otros:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor…”. Permanecer unos en otros, vivir unos en otros, esto es el amor, es la amistad, es la resurrección.

· La contemplación constituye un elemento específico del cristianismo, pero ella es, al mismo tiempo, un fenómeno de tipo muy hondamente humano y por tanto religioso, vinculado al "ver y escuchar" en profundidad, en la línea de aquello que siempre han sabido videntes y profetas, poetas y amantes. El contemplativo no quiere explorar misterios extraños (cf. 1 Cor 13), sino abrir los ojos y oídos, para dejar que la realidad más honda le alumbre y acompañe.

· El contemplativo no se ocupa de “suscitar” (producir o recibir) fenómenos psíquicos o mentales de tipo extático, sino dejarse transformar por el poder y belleza de la realidad (de Dios) que sale a su encuentro y le habla, especialmente a través de los hermanos. No se evade del mundo para encerrarse en el vacío de su mente, sino que admira el mundo, ama a las personas, dejándose amar por ellas. No se impone sobre las cosas, sino que deja que ellas le llenen e interroguen, le impresionen y transformen. 

· Un tipo de místico puede acabar siendo un solitario, alguien que explora su propio misterio divino, buscando su hondura superior, un nivel de realidad más alta (elitista), para privilegiados como él. Por el contrario, el contemplativo cristiano está siempre abierto a la gracia amorosa de Dios y al encuentro personal con otros: sabe mirar con intensidad, descubre y admira el valor de los demás, pudiendo avanzar así en la línea del diálogo personal, del amor mutuo.

· Hay un tipo de místicos que pueden acabar amando su propia verdad interior (o su vacío). Por el contrario, el contemplativo está preparado para ver y dejarse ver por Dios y por los demás seres humanos, y para amarles como tales, pues goza al mirarles y ayudarles y goza al dejar que ellos le miren. Lógicamente, para que culmine y alcance su plenitud en amor, la contemplación tiene que ser recíproca: mirar y ser mirado, amar y ser amado.

Contemplativos en el mundo

Jesús ha buscado a los hombres y mujeres de su entorno, les ha ofrecido amor en gesto poderoso de transformación y ha dialogado con ellos por encima de leyes y opresiones que separan y distinguen a unos de los otros. Estrictamente hablando, él ha sido contemplativo en el mundo. Así ha desplegado el amor como mirada directa, amistad fundada en Dios, en transparencia, desde el centro de una sociedad convulsionada por las imposiciones y mentiras del mundo. Por eso, la herencia de su reino (su Espíritu) debe expresarse en formas de comunicación contemplativa: en diálogo de amor cercano comprensivo, liberador de mirada a mirada, de corazón a corazón.

Por eso, sabiendo mirar a Jesús en clave de amor, el contemplativo cristiano ha de expresar y expandir su mirada hacia los hombres y mujeres que viven a su lado, en comunicación gratuita que puede interpretarse en claves de enamoramiento.

 

Xabier Pikaza

Religión Digital

A LO QUE ESTAMOS


col koldo

 

Me duele y molesta cuando un diputado en el parlamento está hablando por su móvil, mientras otro diputado se expresa su opinión en la tribuna. No se puede estar atento a las dos cosas.

Esto me hace pensar que puede ocurrir lo mismo en nuestras celebraciones, especialmente en las eucaristías celebradas.

Estamos leyendo la Palabra de Dios y muchas veces el móvil de nuestra cabeza anda con otros pensamientos, de forma que casi no nos enteramos del Mensaje. ¿Hacemos la prueba un día cualquiera y preguntamos a la salida del templo a ver cuál ha sido la primera lectura o el evangelio?

Y lo mismo puede ocurrir con otras partes de la celebración. Ya hemos avanzado y es muy raro, -aún se da- que durante la misa haya otro cura confesando. Será estupendo si tratamos de vivir cada momento de la eucaristía en el sentido profundo de sus ritos y de sus oraciones. Es cierto que a la entrada del templo suele haber un cartel animando a cerrar los móviles. No siempre se tiene en cuenta pero ya vamos ganando la batalla.

Para eso es importante que los cantos vayan en la línea de los sentimientos propios de cada momento. Y cantemos lo que sentimos. Buena ayuda hacen para ello las pizarras electrónicas en la pared del frente.

El mayor enemigo para vivir consciente y profundamente lo que celebramos es la rutina, el hacer y recitar los gestos y las palabras sin poner los sentimientos, sin caer en la cuenta o vivir lo que decimos. Veo que será bueno no solo escuchar sino vivir, sentir, dejarnos afectar por los sentimientos de cada oración, de cada gesto, de cada canto.

Cuando las ventanas están cerradas, no entra el agua. Hay que abrirlas para que entre dentro. Nuestra atención ha de estar muy centrada a los que vivimos y celebramos.

Es preciso, sin duda, que se oiga bien, que se vea, que estemos lo más cerca posible del altar. Solíamos decir: “voy a escuchar misa”; habrá que decir “voy a celebrar la eucaristía” y quizás mejor, “voy a celebrar la cena del Señor”.

Es cierto que las oraciones, lecturas, ritos de la misa requieren una renovación y una actualización con lenguaje y signos de hoy.

Hay quien oye la música de un concierto, pero no la ha escuchado. Sale sin disfrutar y vivir la armonía profunda de cada parte del concierto. Oír misa. Mejor: vivir la eucaristía.

LA FE RADIANTE DE DIETRICH BONHOEFFER (II)


col zapatero

 

Rose-Marie-Barandiaran"Dios no está más allá de los límites de este mundo, sino en el centro del mundo en vida y bondad". Para el pastor alemán, este centro es la Realidad misma, es decir, "Dios es el centro absoluto de la realidad". ¿Te resuena esta idea, José?

José Arregi: Sí, es una de las expresiones de Bonhoeffer que me resultan más sugerentes. “Dios en el centro de la vida”, “en el centro del mundo”, “centro absoluto de la realidad”. Pero que Dios sea “centro” no significa que sea el punto central de algo más grande, ni el eje o el núcleo de la vida personal, de la historia humana o del universo entero. Ni que Dios sea el poder decisivo, o el factor determinante, o el valor supremo. Dios no es algo ni alguien que crea, actúa, habla, interviene, sirve para algo, necesario para explicar el origen del mundo o para garantizar la vida eterna.

Tal “Dios” sería, dice Bonhoeffer, un deus ex machina, como aquellas divinidades que sobre el escenario del teatro griego “salían de una máquina” e intervenían para resolver una situación embarazosa. Es lo que hacen las religiones o las personas religiosas, afirma el pastor teólogo en párrafos brillantes: recurren a “Dios” para solventar sus problemas, sus limitaciones, la ignorancia, el sufrimiento, la angustia, la culpa, la muerte... o la sequía. Postulamos la “hipótesis Dios”, llamamos “Dios” a lo que nos falta y que necesitamos, y lo sacamos de nuestra maquinaria mental-emocional para resolver nuestros problemas. Es un proceder “fraudulento” y “deshonesto”, denuncia Dietrich. Y una estrategia de corto alcance, advierte, porque el “Dios necesario” retrocede o muere en la misma medida en que avanza nuestro saber o poder.

No es que muera, es que no existe sino en cuanto constructo de la mente humana. “No hay un Dios que hay” (“einen Gott den es gibt gibt es nicht”) sentenció Bonhoeffer; no “hay Dios” como hay energía, átomos o animales; no hay un “Dios” que se pueda contar como algo o alguien, como Ente Superior de una suma de entes o el Ente Supremo necesario más allá de todos los entes. Nos lo sacamos de nuestra maquinaria cerebral y social como remedio engañoso en nuestra necesidad.

Ahora bien, Dios no es lo que nos falta, es SER y el poder ser de todo, el potencial abierto y emergente de bondad en la evolución del universo sin comienzo ni fin. No es “una realidad”, es lo Real absoluto de toda realidad, que es una e interrelacionada, y toda ella inseparablemente física, viviente, sintiente, inteligente, emocional, consciente..., de la que el ser humano no es ni centro ni culmen ni fin. Claro que la teología de Bonhoeffer era todavía ajena a esta visión ecológica integral; su visión del mundo y, por lo tanto, su ética y su teología son antropocéntricas, están profundamente centradas en el compromiso socio-político por la justicia y la liberación. Y así inspirará directamente la teología política de Metz y de Moltmann, y a través de éstos, indirectamente, la teología de la liberación. Ciertamente, no hay contradicción de principio entre la teología de la liberación política y la teología de la liberación ecológica. Pero Dios no es, insistiría Bonhoeffer, ni la razón ética ni la garantía de éxito de la acción liberadora política o ecológica: es su centro y su verdadera manifestación, su dinamismo y su realización profunda, su cruz y su gloria, independientemente de credos y religiones.

Dios no es, pues, “nada”, a saber, no es algo que forme parte de algo –energía, materia, organismos vivientes, seres conscientes…– ni la suma de todas las partes: es la bondad creadora que late en cuanto es, la comunión de todos los seres desde la partícula atómica todavía invisible hasta las galaxias en constante formación; es el latido profundo de todo; es el impulso originario que mueve la vida, el amor, y todas las luchas humanas por la paz en la justicia, y todos los dolores de parto de la naturaleza o del universo o multiverso emergente. Dios no es tampoco “nadie”, alguien junto a alguien: es el Tú profundo que se nos revela en el tú que somos cada uno para nosotros mismos, y en el tú que son para cada uno todos los seres (agua, árbol, pájaro, refugiada africana con un niño en brazos…); y es el Yo profundo que funda todo yo, todo organismo, cuerpo, forma y conciencia en sus innumerables grados y formas.

Por eso, tampoco “experimentamos” a Dios como experimentamos el sabor de una fruta, la presencia de una amiga, la pasión de un compromiso, el placer y la belleza de una música o del silencio de un bosque o de un atardecer. Solo experimentamos a Dios en nuestras experiencias humanas, mundanas. Cuando respiramos, respiramos a Dios; cuando contemplamos el campo, contemplamos a Dios; cuando gozamos de una comida, gozamos de Dios; cuando padecemos una ausencia padecemos la ausencia de Dios; cuando sufrimos por una causa perdida, sufrimos la pérdida de Dios, cuando vivimos la esperanza activa de la paz y de la justicia, vivimos la esperanza activa en Dios. O también podríamos decir: Dios mira, huele, saborea, goza, sufre y llora, confía y espera en nosotros, en todo… Es necesario aprender a mirar y sentir la realidad a fondo, venerar e invocar y confiar en el fondo de lo real. Así entiendo la afirmación de Bonhoeffer de que Dios es el centro absoluto (no relativo o parcial) de toda realidad, aunque bien me gustaría saber cómo recibiría él esta interpretación en la cárcel de Tegel o de Buchenwald. Y hoy, aquí.

R.M.B.Vivimos de nuevo tiempos revueltos, difíciles para los más vulnerables, y el sufrimiento alcanza su punto culminante en una guerra que nos golpea de cerca. Nuestras oraciones y consagraciones no parecen surtir efecto. ¿Qué significa esto?

Si retomamos la imagen de que "el mundo descansa en la mano de Dios", Dios, sin embargo, parece querer dejar al mundo su autonomía. Permanece "impotente y débil, clavado en la cruz". ¿Es así como nos ayuda a vivir como seres humanos? ¿Significa esto que nos corresponde a nosotros actuar?

J.A.: Vivimos sin duda, a nivel planetario, los tiempos más turbulentos de los 300.000 años de la especie humana Sapiens. Es verdad que nunca han sido tantas las posibilidades de Bien Común de la humanidad –otra cosa es el Bien Común de la comunidad de todos los vivientes, que no parece que haya ganado nada con la aparición de los humanos ni parece que vaya a mejorar su situación, debido al creciente impacto humano en el planeta entero–, pero nunca ha habido tanta guerra, explotación y diferencias, nunca tan pocos han poseído tanta riqueza a costa de la miseria de tantos. La guerra de Ucrania es hoy la más mediática, pero ni siquiera hoy es la más mortífera.

¿Y Dios? Cientos y cientos de millones de creyentes preguntan aún por qué “Dios” permite estas cosas, o siguen organizando vigilias de oración para que “Dios” nos asista. El deus ex machina sigue vivo en el imaginario de mucha gente. Las advertencias de Bonhoeffer a la gente religiosa siguen vigentes: su religión es un peligroso autoengaño personal, social, político. Es verdad que la inmensa mayoría –en unas dimensiones que nuestro autor nunca pudo ni siquiera sospechar– ya no cree en tal divinidad, simplemente porque su visión del mundo o su sentido común o su sabiduría más honda les dicen que esa creencia no solo es absurda, sino también potencialmente perniciosa.

El teólogo pastor les daría la razón en lo que niegan. Ese “Dios” que se hace presente y actúa cuando quiera para socorrer a los pobres humanos creados por él no existe. Pero no se limitó a negar al “Dios” que niegan los ateos. Y nunca renunció a seguir utilizando la palabra Dios (Gott, God) para anunciar a “otro” Dios en quien pudieran creer también los ateos (sin dejar de serlo, me atrevería a decir). Bonhoeffer es –junto con Tillich– uno de los teólogos cristianos pioneros de la crítica del teísmo entendido como creencia en un Theos Ente Supremo creador y omnipotente que interviene en el mundo cuando así lo decide. Nunca afirma explícitamente que se deba superar dicho teísmo, ¿pero qué otra cosa dice en el fondo cuando denuncia la imagen “religiosa” de Dios, el deus ex machina, y habla del “Dios impotente” o del “Dios que nos abandona” a nuestra propia autonomía y a nuestros propios recursos?

¿Qué puede significar que “Dios es impotente y débil”, o que “Dios sufre”? Algunos Santos Padres (como Orígenes, s. III) ya se preguntaron sobre el sufrimiento de Dios y grandes teólogos como Hans Urs von Balthasar y Moltmann han escrito sobre ello de manera profunda. Pero ¿qué significa que “solo un Dios que sufre puede ayudarnos” o que podemos “descansar en las manos de Dios” cuando Dios nos abandona a nuestra suerte? ¿Qué significa que “debemos vivir como si Dios no existiera”? ¿Qué significa su consigna más paradójica y sorprendente, a la vez que seguramente la más bella y sugerente: “Vivir ante Dios sin Dios”? Todo ello apunta a la superación del teísmo, del “Dios” omnipotente que habla y obra, hace y deshace en el mundo como quiere. ¿Cómo entender todas esas expresiones? No basta con decir, aunque lo diga sin cesar la Biblia, que Dios pone a prueba a sus fieles permitiendo que sufran o haciéndolos sufrir o haciéndoles experimentar el abandono y el silencio absoluto de Dios. Tampoco bastan todas las disquisiciones más sutiles (y estériles) para compaginar la libertad humana con la omnipotencia de un Dios, pues tales disquisiciones no resisten a esta simple pregunta: ¿Por qué no nos hizo libres e impecables como, según el dogma, hizo a Jesús e incluso a su madre María, nacida sin pecado original?

Es mucho más sencillo reconocer que ya no podemos creer en un “Dios” Ente Supremo omnipotente y extrínseco. Tampoco Bonhoeffer podía creer en ese “Dios”. Sin embargo, descansaba en las manos de Dios: en lo más hondo de sí y del mundo tan turbulento que le había llevado a aquella cárcel, y en la luz vacilante de los ojos de sus compañeros de prisión percibía una Presencia segura, el deseo, la aspiración y la inspiración que todo lo mueve, el poder de la bondad más fuerte que la muerte. No hay “Dios”, pero podemos vivir en Dios, es decir, podemos vivir en paz y perderlo todo o darlo todo en paz a pesar de todo, y subir los escalones del patíbulo, como Bonhoeffer los subió, desnudo, libre y en paz. El secreto es saber mirar, percibir, sentir, compadecer, fraternizar, vivir más a fondo.

Pero queda la pregunta: ¿llegó Bonhoeffer lo bastante lejos en su reflexión sobre Dios más allá del teísmo tradicional? ¿Encontró el lenguaje adecuado, más allá de sus atrevidas y sugerentes expresiones paradójicas? Sinceramente, creo que no, y de ningún modo se lo podemos reprochar. ¿Habría llevado más lejos su reflexión con un lenguaje más claro y coherente, de no haber sido colgado en la horca a los 39 años? Sin duda lo hubiera hecho, aunque ni él habría logrado ni nosotros ni nadie logrará nunca decir el Misterio Indecible con palabras inequívocas. Pero lo fundamental es vivir a fondo, y Bonhoeffer vivió a fondo, y así experimentó a Dios, ayudó a Dios –la bondad creadora, fuente de la realidad– a manifestarse, a crear, a crearse. Y así se halló a sí mismo, halló descanso.

(Continuará)

 

Rose-Marie Barandiaran – José Arregi

(Publicado en GOLIAS Magazine 211, julio-agosto 2023, pp. 22-26)

UN CANTAUTOR CRISTIANO COMO DIOS MANDA: ENTREVISTA A MIGUELI


col koldo

 

Bueno, bueno, bueno… Hoy tenemos en nuestro blog a Migueli Marín, más conocido en el mundillo de la transmisión de la fe como “MIGUELI”.

Para quienes no lo conozcan: Migueli es un cantautor cristiano diferente al resto de ese pequeño reducto de creyentes que se animan a poner sus dones (el de la música y las letras) al servicio de la propagación de la fe, tarea esta también muy necesaria para la evangelización, especialmente entre los más jóvenes. Respecto a los cantautores y grupos cristianos podemos decir que los hay ñoños, los hay profundos, los hay comerciales, monjiles, bilingües… ¡Pero como Migueli, pocos! Todavía recuerdo el impacto que me produjo aquella canción que decía en su estribillo “Yo tengo un culo, yo tengo un culo y podéis pasar por él tú y tus titúlos…”. Buenísima; necesaria para la época aquella, y para esta también, ¿verdad?

__ ¿De qué hablaba esta canción y por qué la escribiste, Migueli?

M.►Titulitis habla de que todas y todos somos igual de importantes de necesarios, y que alguien se sienta superior o ningunee a alguien estropea una armonía que hace falta para hacer cosas realmente interesantes y para caminar en Paz. Fue una canción necesaria por unas experiencias que tuvimos de desprecio de las instituciones cuando estábamos a tope ayudando en las cárceles y centros de recuperación. A partir de la realidad escribo siempre, y luego ya le añado la ficción y el humor.

__ Los que te conocemos sabemos que eres un encanto, un tipo sencillo, cercano y acogedor. ¿No temes que te encorseten por ser irreverente? ¿Te ha traído alguna vez esto problema en el ámbito cristiano?

M.► Muchos!! pero me ha dado igual. Quizá porque la Vida y Dios me han regalado situaciones simpáticas como que medio me prohibieran algunos obispos y a la vez me llamasen compulsivamente los organizadores y los curas en sus diócesis y las de alrededor para eventos enormes con jóvenes. Por toda América me llaman para que diga mis cosas, que están deseando escuchar todos por allí, pero nadie se atreve a decir. Tengo amigos que hacen otras cosas y me encantan, yo hago denuncia, música de calle, coña todo el rato … ese es mi papel y por ahí voy bien y me quieren.

__ Siempre has querido mucho al M.A.C y a los grupos y movimientos que trabajan con los niños y jóvenes marginales o conflictivos. Tus letras y canciones, en definitiva, buscan conectar con la gente de la calle, los jóvenes y cristianos de a pie, haciéndoles ver que Jesús es su amigo y que no hay mejor opción en la vida que seguirle porque nos hace libres y felices (perdona Migueli por el reduccionismo que posiblemente he hecho). ¿Cómo valoras el pontificado del Papa Francisco y qué retos más urgentes observas en la Iglesia?

M.► Me parece un regalo para toda la humanidad que alguien como Francisco se empeñe en acercarse a la gente, y no en alejarse.  Alguien con tanto que decir, intentando vivir y transmitir todo lo vital y apasionante que es Jesús de Nazaret, lo que muchos hemos sentido en nuestra juventud, y que nos ha marcado toda nuestra vida. Eso tiene que ver con acercarse a los diferentes, también a la gente que tiene mala suerte en la vida, y te da intensidad, profundidad y también alegría y divertimento. Y el M.A.C es fantástico!

__ ¿Te parece si destaco los títulos de algunos de tus discos y a cada uno le añades una frase o idea al respecto? Puede ser parte de letra de algunas canciones, lo primero que se te venga a la mente o al corazón. Vamos allá:

-Como un girasol: una imagen infantil que nos sirve a todos: siempre mirando al sol.

-Qué escándalo: la canción que la lió, la que me tiene aún dando vueltas al mundo tantos años después. Traducción de pasajes del evangelio que me encantan.

-No nos convencerán: los violentos de que el hombre un lobo de otro será …

-Un agujero con mil colores: eso encontramos cuando parece que nos hundimos. Y ese disco creo que es cojonudo, jeje

-Todo cambia: Así es. Solo Dios y el Amor no cambian.

-Mucha agua y mucha sed: Como está el mundo, y nosotros con vocación de ser vasos comunicantes …

-En libertad: ser nosotras y nosotros mismos. Buscar sin recortes.

-No puedo vivir sin ti: lo que quiero seguir diciendo a quien me encuentre todos los días de mi vida

__ Oye, Migueli, nos conocimos en aquella movida de las comunidades y las canciones y, por supuesto, con la maravillosa experiencia en Pueblo de Dios. Además, recuerdo con mucho cariño tu visita y la de los Brotes de Olivo a la comunidad de vida del Sto. Ángel, cuando mi hermano Manolo (que en paz descanse) estaba allí de cura por los años 90… ¿Hay algo que añoras de aquella época?

M.► Claro que sí!! La alegría, la energía, el convencimiento … la autenticidad, la radicalidad sentida y vivida … la emoción y la vida dedicada por entero a la causa de los que buscan o sufren … la cantidad de gente que nos juntábamos por todos sitios!.  (¡Todo mi amor “pa” Manolo donde esté!).

__ Enhorabuena Migueli, me he enterado de que has escrito recientemente un libro. ¿Qué te falta ya para tener una experiencia plena en la vida, montar en globo…?

M.► Me faltaba un libro y aquí está. Estoy muy contento con tantas cosas como he hecho y tantas experiencias. Me faltan muchas cosas que aprender, seguir creciendo por dentro, llenarme de Paz.

__ Cuéntanos de qué trata tu libro. Haznos un resumen breve y explícanos por qué debemos leerlo.

M.► Mi vida acompañando a gente en muchas dificultades mientras no dejo de crear, componer y dar conciertos en los que doy razón de mis ganas y mi forma de vivir.

Mi experiencia como acompañante caminando, enseñando, compartiendo, buscando, sanando… con gente en dificultades grandes …

Mi paso por comunidades, formas de vida realmente diferentes, eficientes y fantásticas. Mi amor por tanta gente diferente en lugares, culturas, condiciones de vida, proyectos … Un montón de desenfado y risa en todo lo que cuento.

__ Antes de que termine la entrevista no puedo sino preguntarte en qué estás trabajando últimamente, qué llena tus días y qué es lo que hace levantarte cada mañana y decir “Aquí estoy, Señor”.

M.► “Yendo contigo… cada mañana es Nueva”, dice otra de mis coplas. En eso ando, queriendo liarme siempre en la creación y el acompañamiento de gente … Acabo de publicar y ya estoy con otros próximos, tengo ahí en nada un disco, y seguir apoyando los proyectos…

__ Migueli, muchísimas gracias por tu sinceridad y cercanía. Dejo que termines la entrevista con alguna frase o idea:

M.► Nunca decidí ser un músico famoso que recorrería el mundo cantando. Decidí acercarme a la gente que tiene mala suerte en la vida, y eso me regaló encuentros inimaginablemente diferentes y maravillosos … y también estar recorriendo el mundo cantando a la Vida!!

 

Para saber más sobre Migueli:

https://migueli.com/migueli-2/

Algunas letrillas de sus canciones:

https://www.letras.com/migueli/

Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Migueli_Mar%C3%ADn

IG miguelicantaut

YT Migueli Marin

X MIGUELIcantaut

TikTok  miguelicantautor_

FB Migueli Oficial

LA "PEQUEÑA TEOLOGÍA DE LA MISIÓN" DEL CARDENAL AVELINE


col kowalski

 

(Agencia Fides).- Cuando comencé mi carrera de periodista en Francia, hace unos quince años, la palabra "misión" era todavía un tanto tabú, difícil de utilizar, porque se sospechaba que estaba asociada a una forma de apología del proselitismo, a veces a las sombras relacionadas con la colonización, a sospechas de imperialismo cultural más o menos disimulado, e incluso a una forma de crítica silenciosa del Concilio Vaticano II y de sus posiciones sobre el diálogo con otras religiones. De hecho, con frecuencia los lectores me han preguntado por la finalidad y el significado de la misión. ¿Por qué ir a otros países, a otros pueblos, a otras culturas?

Poco a poco, a medida que iba conociendo a misioneros, me daba cuenta de que no había ninguno que no se planteara la pregunta de por qué, sobre todo en los países más lejanos. Y este "por qué" era inseparable de un "cómo". Ahora, este "por qué" también se plantea cada vez más en Europa, y me ha resultado especialmente interesante el libro del cardenal Jean-Marc Aveline, porque aborda esta cuestión.

Me gustaría empezar por el epílogo, porque es ahí donde encuentro la clave que ilumina toda la cuestión. Para arrojar luz sobre esta dinámica que empuja al misionero lejos de casa, el cardenal cita la canción del cantante belga Jacques Brel, 'Quand on a que l'amour', (cuando sólo se tiene amor), entrelazándola con la historia de su hermana Marie Jeanne, que en su cama de hospital pronunció estas pocas palabras, que resumían toda su vida: "Sólo hay que amar". La razón de ser de la misión es, pues, que el cristiano y la Iglesia respondan a la llamada a imitar a Cristo, en el sentido de imitar su amor por el mundo, que se concreta en su plan de salvación para la humanidad, como escribe San Juan, de quien toma el título el libro. «Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él». (Jn 3, 16-17).

Pero una vez reconocido esto, surge inmediatamente la cuestión del "cómo". El cardenal Aveline propone tres horizontes para pensar las modalidades de la misión: "como diálogo de salvación", "en el horizonte de la promesa" y "en la dinámica de la catolicidad".

Antes de entrar en detalles, me ha sorprendido hasta qué punto su teología de la misión está enraizada en la experiencia, la experiencia de su vida en general. En primer lugar, la experiencia fundadora, la herida del exilio, del desarraigo de los pieds-noirs de la tierra de Argelia. «Conocen por experiencia el sufrimiento de toda emigración y sienten en sus carnes que el amor a la patria nunca puede ser arrancado del corazón de un hombre. Han experimentado el dolor de no ser aceptados, el desprecio por su origen, la incomprensión resultante de los prejuicios, la exclusión debida a demasiados malentendidos. Pero también pueden demostrar que la fraternidad entre judíos, cristianos y musulmanes es posible, como cuando vivíamos juntos bajo el sol en Constantina, Orán o Argel, y poco a poco se fueron entretejiendo los hilos de esa mezcla cultural que nos dio forma, compartiendo kémias y mounas, antes de que un viento perverso venido de otra parte invadiera las calles de nuestras ciudades, infundiendo desconfianza, rompiendo amistades, destilando odio. Un viento venenoso que hoy, por desgracia, vuelve a soplar en muchas orillas del Mediterráneo».

A este desarraigo le siguió la dureza de la experiencia migratoria, posibilitada por el calor de la familia y los amigos y el amor por una nueva tierra. Le siguió también la experiencia pastoral e intelectual, que pronto le llevó a centrarse en el diálogo interreligioso, mediante la fundación y dirección durante diez años del Institut de Science et de Théologie des Religions de Marsella, verdadera encrucijada del fermento teológico y cultural del Mediterráneo. Tres crisoles fundamentales que nos recuerdan que el misionero, aunque esté llamado a desplazarse geográfica, cultural y espiritualmente, llega siempre con su historia y que esta historia, leída de nuevo como en este caso, es un pozo de agua viva del que extraer una visión dinámica del compromiso misionero.

El libro comienza con una reflexión sobre la misión como diálogo de salvación. Una vez más, al confrontar esta definición con mi propia experiencia como periodista, a menudo me he topado, al escribir artículos sobre el tema, con una cierta tensión entre quienes se mostraban nerviosos ante la palabra diálogo, porque veían en ella una concepción relativista, y quienes, por el contrario, veían en el diálogo un modo seductor, cuya finalidad era la de "convencer" o movilizar a la gente en torno a determinados valores.

La Declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II afirmaba que "La Iglesia católica no rechaza nada de lo que hay de verdadero y santo en esas religiones, sino que mira con sincero respeto los modos de actuar y de vivir, los preceptos y las doctrinas que, aun difiriendo en muchos aspectos de lo que ella misma sostiene y propone, son portadores a menudo de ese rayo de verdad que ilumina a los hombres". Pero, ¿cómo discernir este texto? El cardenal comienza con el testimonio de los supervivientes de Tibhérine, Amédée y Jean-Pierre, un testimonio de cercanía y amistad con sus vecinos musulmanes. Compromiso: la palabra es importante, porque revelación en hebreo significa 'palabra que es acción'. Dios quiere comprometerse con el hombre estableciendo una alianza a través de la conversación, que no es sólo un medio, sino una modalidad de esta alianza. De hecho, el misionero es alguien que está en constante diálogo; el diálogo era una forma de amar al ser humano, una experiencia de curiosidad amorosa hacia el otro y también de gratuidad.

Algunos jóvenes cristianos conversos, catecúmenos o buscadores de sentido, estos espirituales no-religiosos como se les llama, en Europa o en otros lugares, me han confiado a veces que uno de los obstáculos de su camino hacia la Iglesia era el miedo a ser rechazados. En algunos países donde el cristianismo es aún poco conocido, a este miedo se añade el de una doble finalidad ideológica y política por parte de la Iglesia, doblemente llamada a este imperativo de gratuidad porque forma parte de su testimonio y de la necesidad de no dar un contra-testimonio. El autor advierte: "El hecho de que la libertad se encuentre tanto al principio como al final de la aventura humana nos impide caer en la tentación de reducir la acción misionera a un proceso mecánico, lo que equivaldría a instrumentalizar el encuentro: el diálogo es mucho más que una condición de posibilidad para el anuncio, que sería su fin. De hecho, la propuesta de diálogo es ya un anuncio implícito de la Buena Nueva de un Dios trino, un Dios que es en sí mismo una relación, una relación de amor, y que se revela ofreciendo a todo ser humano una cercanía respetuosa que se abre al diálogo de la salvación".

Pero por gratuito que sea, este diálogo no es una charla. Se trata de entregar el Evangelio, que es la palabra viva. Cabe preguntarse entonces qué significa entregar el Evangelio. Aquí el cardenal cita al franciscano Eloi Leclerc: "Evangelizar a un hombre significa decirle: 'Tú también eres amado por Dios en Cristo'. No basta con decírselo: debes estar convencido. Tampoco basta con estar convencido de ello: hay que comportarse con ese hombre de tal manera que sienta y descubra algo en sí mismo que ha sido salvado'. Esta frase me recordó una conversación sobre la misión con Sor Lucía Bortolomasi, Superiora General de las Misioneras de la Consolata, que me había citado unas palabras que la habían inspirado: "Si hacéis que Dios vibre en el corazón de una sola persona, no habréis vivido en vano".

Al hacerlo, la Iglesia no se limita a ofrecer o proponer, sino que ella misma queda "confundida" por el encuentro. Desconcertada no en un sentido relativista, sino al contrario, del roce con el otro surge la chispa que es una llamada a la propia conversión. Todo misionero que entra en contacto con no cristianos vive la experiencia de verse arrojado de nuevo sobre sus propias preguntas, impulsado a profundizar en el conocimiento y la fe. El jesuita Michel de Certeau, citado por el cardenal, lo expresó magníficamente: "Descubrimos a Dios en el encuentro que él provoca". "Nosotros" significa las distintas partes en diálogo, porque la conversión del otro va unida a la del propio misionero. El encuentro que realiza el misionero, es decir, el encuentro que se produce entre las personas y Dios mismo, es una ecuación misteriosa con varias incógnitas.

El cardenal Aveline cita extensamente la reflexión de Joseph Ratzinger de 1971, desarrollada en el libro "El nuevo pueblo de Dios". El futuro Pontífice escribía entonces: "El camino de Dios hacia los pueblos, que se cumple en la misión, no elimina la promesa del camino de los pueblos hacia la salvación de Dios, siendo este camino la gran luz que brilla ante nuestros ojos desde el Antiguo Testamento; sino que sólo la confirma. Pues la salvación del mundo está en manos de Dios; procede de la promesa, no de la Ley. Pero nos queda el deber de ponernos humildemente al servicio de la promesa, sin querer ser más que siervos inútiles que no hacen más que lo que deben".

Estos "siervos inútiles" que son los misioneros -y con ello me refiero a los cristianos en general, no sólo a los religiosos- se plantean, como Pablo en los comienzos de la Iglesia, la pregunta que resume el cardenal Aveline: "¿Por qué anunciar el Evangelio en tierra extranjera para proclamar un mensaje que ni siquiera los que están cerca de nosotros quieren recibir?". Pablo, acosado por esta pregunta tras el martirio de Esteban y las persecuciones que le siguieron, cuenta que oró en Jerusalén y recibió las palabras del Espíritu: "Id, os enviaré a lo largo y ancho de las naciones". Del mismo modo, los misioneros de hoy, ante la pregunta del porqué, pueden encontrar la respuesta en las Escrituras, en la imitación de Cristo y en el amor a los demás que, como escribió Dante, mueve el sol y las demás estrellas. Y en este lema entra un misterio propiamente divino, que es el de la acción del Espíritu y el designio de Dios sobre cada persona.

Y es aquí donde tocamos un punto muy interesante para nuestras Iglesias, preocupadas por la descristianización actual de las sociedades, por el hecho de que en algunos países europeos la Iglesia parece convertirse en un vestigio moribundo frente a una política cada vez más secularizada y en medio de otras religiones: la comprensión misma de la catolicidad en situación de minoría. Me gusta la definición propuesta por el Cardenal de "levadura eucarística de unidad", que obviamente se hace eco de la metáfora de la levadura en la masa. La catolicidad no como una especie de realidad tendenciosa con fines expansionistas, sino como la promesa de un Dios "que quiere reunir en la unidad a sus hijos dispersos, e incluso al cosmos, en una gran misa sobre el mundo, cantada por Teilhard de Chardin". (...) Aunque los discípulos sean sólo dos o tres reunidos en su nombre, Dios está en medio de ellos, no para que se complazcan, sino para que no tengan miedo de revelar a personas de toda cultura, lengua y religión que su deseo más profundo procede del amor que Dios les tiene, incluso antes de que le conozcan. Esto es lo que la Iglesia llama 'catolicidad'.

Una definición estimulante, en el sentido de que es un poderoso antídoto contra los dos peligros que amenazan a la Iglesia en general y a todo cristiano en particular: la búsqueda de la eficacia y lo que Bernanos quiso decir cuando escribió "el demonio de mi corazón se llama 'à quoi bon' ", una expresión difícil de traducir, pero que quizá se encuentre en el "como sea", en el "dejémoslo ir".

 

Marie-Lucile Kubacki*

Religión Digital

(Agencia Fides 4/5/2024)